Introducción La etimología del término ha sido objeto de polémica, aunque parece probable su procedencia del modo de silogismo llamado baroco o del nombre dado en Portugal a un tipo de perla irregular (en español, barrueco). Adjetivo utilizado por los carpinteros y los pintores para referirse, respectivamente, a las líneas irregulares de los muebles y a los contornos de las figuras, apareció por primera vez en el Diccionario francés de 1570. Sin embargo, su acepción estética no surgió hasta el s. XVIII, cuando los filósofos ilustrados comenzaron a utilizarla para referirse, de forma peyorativa, al arte del siglo precedente.